¿Cómo sé si estoy en perimenopausia? Señales tempranas que no debes ignorar

Durante años, la menopausia se ha visto como un final, pero en realidad es un proceso que empieza antes, entre los 35 y 40 años. El cuerpo cambia, se adapta y se transforma. No es una pérdida, sino una etapa de madurez y bienestar si se comprende y acompaña correctamente.

15/10/2025
Salud

Durante años, la menopausia se ha tratado como un evento repentino. Un punto de inflexión que marca “el final de algo”, pero lo cierto es que el cuerpo empieza a hablar tiempo antes. Muchas mujeres, desde los 35 o 40 años, comienzan a notar cambios sutiles que suelen atribuir al estrés, al ritmo de vida o al simple paso del tiempo. Pero hay algo más profundo: una transición fisiológica que no tiene por qué vivirse como una pérdida, sino como un proceso de madurez y transformación.

En KEVAL, acompañamos cada vez a más mujeres en esta etapa. Y lo que nos enseñan sus cuerpos, sus análisis y su relato, es que la perimenopausia avisa con síntomas que no deberían ignorarse.

¿Qué es realmente la perimenopausia?

La perimenopausia es la etapa previa a la menopausia, cuando los niveles hormonales (sobre todo estrógenos y progesterona) comienzan a fluctuar. Es un proceso natural que puede durar entre 4 y 10 años y que empieza mucho antes de que la menstruación desaparezca por completo.
Durante esta fase, las ovulaciones se vuelven más irregulares, la respuesta al estrés se modifica y el cuerpo empieza a adaptarse a una nueva etapa vital. El problema es que muchos de sus síntomas se camuflan entre otras causas posibles, y suelen pasar desapercibidos o malinterpretados, tanto por las propias mujeres como por algunos profesionales.

Señales tempranas que no deberías ignorar

Puede que no te hayan hablado de esto, que no lo veas en las analíticas básicas y que te digan que “estás bien”. Pero el cuerpo suele ser más sabio que los protocolos.

Estas son algunas señales frecuentes que observamos en consulta y que, cuando se dan en conjunto, pueden ser indicadores tempranos de perimenopausia:

  • Cambios en el sueño: te cuesta conciliar o te despiertas sobre las 3-4 de la madrugada.
  • Reglas diferentes: más largas, más cortas, más dolorosas o con ciclos irregulares.
  • Cansancio emocional: esa sensación de “no llegar” a todo, incluso sin grandes cargas.
  • Niebla mental: fallos de concentración, despistes o menor claridad mental.
  • Aumento de ansiedad o irritabilidad, especialmente en la fase premenstrual.
  • Disminución del deseo sexual, sin motivo aparente.
  • Retención de líquidos, sensibilidad en el pecho o aumento de grasa abdominal.
  • Mayor sensibilidad al estrés o peor recuperación tras el ejercicio.

Ninguno de estos síntomas, por sí solo, confirma una perimenopausia. Pero si aparecen de forma repetida y se combinan entre sí, es probable que tu cuerpo esté entrando en esa transición.

El enfoque médico

En KEVAL acompañamos a la mujer desde su totalidad: desde lo que siente al despertar, lo que le pesa sin motivo aparente, lo que refleja su piel, su digestión, su ánimo… y también aquello que no se ve pero que el cuerpo sabe.

Porque la perimenopausia no es solo una cuestión de ovarios o ciclos menstruales. Es un fenómeno complejo que afecta al sistema nervioso, al metabolismo, al intestino, al sistema inmune y a la forma en que el cuerpo gestiona el estrés diario. Por eso, cuando una mujer llega a consulta preguntando si “será hormonal”, en realidad está abriendo la puerta a un mapa más amplio.

Desde esa mirada integrativa, buscamos comprender cada historia a fondo. No nos conformamos con saber si una hormona está “dentro del rango”: exploramos cómo se comporta en relación con el resto, qué impacto tiene en su energía, en su descanso o en su estado emocional. Miramos también al intestino, ese segundo cerebro que muchas veces alberga el origen de síntomas como la ansiedad, la niebla mental o la inflamación. Y no dejamos fuera la función tiroidea ni el papel de las glándulas suprarrenales, que tantas veces se agotan en esta etapa de sobrecarga silenciosa.

Pero más allá de todo eso, lo más importante es escuchar sin juicio. Dar espacio a lo que la mujer trae, aunque no encaje en ningún protocolo ni aparezca subrayado en una analítica. Nuestro objetivo es ayudarte a transitar esta etapa con respeto, con herramientas reales y con una nueva claridad sobre tu cuerpo y tu salud.

Alimentación y hábitos para apoyar al cuerpo

No necesitas una dieta restrictiva ni renunciar a los placeres. Pero sí puedes ajustar algunas cosas para darle al cuerpo lo que necesita ahora:

  • Prioriza la proteína de calidad en cada comida: huevos, pescado azul, legumbres combinadas…
  • Incluye grasas saludables: aguacate, nueces, aceite de oliva virgen extra, semillas de lino o chía.
  • Evita picos de azúcar, ya que la sensibilidad a la insulina suele empeorar en esta fase.
  • No te saltes comidas importantes como el desayuno, sobre todo si estás fatigada o ansiosa.
  • Hidrátate más y mejor, especialmente en días de niebla mental o retención.

Y, sobre todo, come de forma presente y consciente. No solo para nutrirte, sino para reconectar contigo.

Movimiento con sentido: tu cuerpo ya no necesita lo mismo

Una de las claves invisibles en esta etapa es ajustar el tipo e intensidad del ejercicio. Muchas mujeres continúan con rutinas que antes les funcionaban y ahora les agotan, les inflaman o simplemente no disfrutan.

En la perimenopausia, es recomendable combinar:

  • Fuerza y movilidad, para mantener masa muscular y salud ósea.
  • Cardio moderado o en intervalos, para cuidar el corazón sin agotar el sistema nervioso.
  • Ejercicio consciente como yoga, pilates o danza libre, que ayudan a regular el cortisol y mejorar el estado de ánimo.

Lo importante no es entrenar más, sino entrenar mejor, escuchando tu cuerpo y respetando sus ritmos.

Suplementación que te puede ayudar

No todo se soluciona con un suplemento, pero hay herramientas que pueden marcar la diferencia si están bien indicadas.

  • Maca andina y ashwagandha, adaptógenos que ayudan a modular el estrés y apoyar el sistema endocrino.
  • Magnesio y vitamina B6, claves para el sistema nervioso y el metabolismo.
  • Zinc y selenio, que favorecen la función tiroidea y la producción hormonal estable.
  • Extractos naturales de sauzgatillo y cúrcuma, que ayudan a equilibrar el ciclo menstrual y reducir inflamación.

Todo ello en dosis seguras y siguiendo el consejo de un equipo especializado.

Mirar hacia adentro sin miedo

La perimenopausia puede ser el inicio de una nueva etapa de sabiduría corporal si dejamos de verla como una amenaza. No se trata solo de suavizar los síntomas, sino de comprender lo que tu cuerpo necesita ahora para vivir con más paz, más energía y más conexión contigo misma.

Desde KEVAL, te acompañamos con ciencia, con humanidad y con escucha.

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