Cómo disfrutar sin caer en los excesos de verano

El verano es una época para disfrutar, romper rutinas y vivir con más tranquilidad. Pero entre terrazas, viajes y cambios de horario, es fácil desconectarse del cuerpo sin darse cuenta. De pronto, aparecen la hinchazón, el cansancio, el descontrol del apetito o la sensación de que algo se ha desajustado.

26/8/2025
Salud

El verano es una época para disfrutar, romper rutinas y vivir con más tranquilidad. Pero entre terrazas, viajes y cambios de horario, es fácil desconectarse del cuerpo sin darse cuenta. De pronto, aparecen la hinchazón, el cansancio, el descontrol del apetito o la sensación de que algo se ha desajustado.

¿Se puede disfrutar del verano sin renunciar a cuidarse? Por supuesto que sí. La clave no está en prohibirte placeres, sino en entender cómo mantener tu equilibrio incluso en los meses más calurosos. Desde KEVAL te compartimos claves prácticas para que vivas un verano pleno, sin excesos que luego te pasen factura.

¿Qué entendemos por “excesos” en verano?

Cuando hablamos de excesos no nos referimos solo a la comida. También influye cómo y cuándo comemos. Dormimos más tarde, tomamos más alcohol o nos saltamos comidas. También cambian nuestros horarios de exposición al sol, nuestro nivel de actividad física y nuestro descanso.

Todos estos factores impactan directamente en nuestra flexibilidad inmuno-metabólica, un concepto clave que explica cómo de preparado está nuestro cuerpo para adaptarse al entorno sin enfermar ni inflamarse. Y ahí está el problema: cuando forzamos demasiado, perdemos esa flexibilidad y el cuerpo entra en modo alerta.

El “modo alerta” del cuerpo: más común de lo que parece

Después de varios días de excesos, no es raro empezar a notar ciertos síntomas: la barriga se siente más hinchada y las digestiones se vuelven lentas y pesadas. A pesar de haber dormido, cuesta levantarse con energía. El apetito cambia, con más antojos de dulce, café o comidas saladas. Incluso el sudor puede tener un olor más fuerte o ácido de lo habitual. Y en la mente, todo parece un poco más nublado: cuesta concentrarse y falta claridad.

¿La causa? Una combinación de factores que se retroalimentan como inflamación de bajo grado, alteraciones en la regulación del azúcar, desajustes hormonales por la falta de sueño o la ruptura de rutinas, y un eje intestino-cerebro fuera de sincronía. Todo ello afecta directamente a nuestra tolerancia al estrés, tanto a nivel digestivo como inmunológico y metabólico.

¿Y entonces? ¿No se puede disfrutar?

Por supuesto que sí, disfrutar también es salud. El objetivo no es evitar todo lo que nos gusta, sino aprender a regularnos sin sentir que lo estamos haciendo “mal”. La clave está en adoptar ciertos hábitos compensatorios que ayuden a tu cuerpo a mantenerse flexible, incluso en medio de un verano lleno de planes.

Estrategias sencillas para disfrutar con cabeza

Aquí te dejamos algunos recursos que puedes aplicar de forma natural, sin obsesiones:

1. Desayunos ligeros y digestivos

Si sabes que comerás más en comidas o cenas, mantén un desayuno sencillo: fruta de temporada, algo de proteína (yogur natural, huevo o queso fresco), un puñado de nueces o semillas y una buena hidratación con agua o infusión.

2. Compensa sin castigarte

No necesitas “hacer ayuno” a la fuerza ni entrenar dos horas por culpa de una cena copiosa. Pero puedes tomar caldos digestivos, dar un paseo largo en ayunas al día siguiente o cenar más temprano y ligero. El cuerpo agradece ese respiro.

3. Atención a la hidratación

El calor, el alcohol y el cambio de rutinas nos hacen perder minerales. No basta con beber agua. Puedes añadir una pizca de sal marina, unas gotas de limón o una infusión fría con jengibre y pepino para mantener el equilibrio.

4. Cuida el ritmo de tus digestiones

En verano, más que nunca, conviene masticar despacio y evitar excesos de gluten, azúcar y alimentos fritos en la misma comida. No se trata de prohibir, sino de equilibrar: si tomas arroz con cerveza, mejor acompáñalo de verduras o proteína limpia.

5. Movimiento sin exigencia

No hace falta entrenar fuerte si tu cuerpo pide descanso. Pero mantenerte activo (aunque solo sea caminar, nadar o hacer movilidad) ayuda a tu sistema digestivo, a tu metabolismo y a tu estado de ánimo.

6. Prioriza el sueño

Dormir bien regula tus hormonas, mejora tu respuesta inmune y te ayuda a tener más energía al día siguiente. Aunque te acuestes tarde, intenta mantener al menos 7 horas de sueño real.

Conclusión: disfruta, pero sin desconectarte de ti

El verano puede ser una gran oportunidad para recuperar energía, estar con los tuyos y romper rutinas. Pero eso no tiene por qué implicar descuidarte.

Escucha a tu cuerpo. Si un día te pasas, al siguiente puedes compensar sin culpa. Si cenas tarde, al día siguiente desayuna con calma. Si bebes alcohol, hidrátate mejor. Son gestos simples que protegen a tu organismo y te ayudan a disfrutar de verdad: con vitalidad, buena digestión y mente clara.

En KEVAL te acompañamos también en verano. Porque cuidarse no es una obligación. Es una forma de estar mejor contigo.

Get helpful,
doctor-recommended health news and tips, delivered weekly.

* Small disclaimer here about grabbing that sweet data.
Thank you! Your submission has been received!
Oops! Something went wrong while submitting the form.