Siempre se ha valorado la importancia del ejercicio físico para mantener una buena salud, estar activo es el mejor complemento para una dieta equilibrada. Entrenar con cierta regularidad y a una intensidad moderada suele ser una buena forma de mantener el tono muscular. Ahora bien, no todo el mundo tiene tiempo para hacerlo; algunas personas lidian con fatiga, horarios exigentes o problemas de salud. Aun así —salvo excepciones clínicas—, eso no debería ser excusa. Nos referimos a todas esas pequeñas acciones cotidianas que no cuentan como “ejercicio estructurado”, pero ayudan a generar movimiento, quemar calorías y mantenernos activos. Hablamos del NEAT, y hoy en el Blog de KEVAL te contamos por qué puede ser tu mejor aliado oculto para lograr un déficit calórico sin desgaste excesivo.
¿Qué es el NEAT exactamente?
El NEAT es todo ese movimiento que ocurre de forma espontánea a lo largo del día: caminar, subir escaleras, limpiar o trabajar. Aunque solemos prestar atención solo al entrenamiento como vía para “quemar calorías”, lo cierto es que este tipo de acciones también contribuyen, y mucho, al gasto energético diario. De hecho, en personas activas o con estilos de vida dinámicos, el NEAT puede suponer una parte significativa del total de calorías quemadas en un día.
Lo interesante es que no requiere planificación, simplemente se trata de moverse más en el día a día. Para quienes buscan mejorar su composición corporal o mantenerse en déficit calórico sin fatiga extrema, el NEAT puede convertirse en un verdadero aliado silencioso. En ocasiones subestimado, su impacto en el metabolismo y la salud es mayor de lo que solemos imaginar.
¿Por qué es clave en un déficit calórico?
Cuando entramos en un déficit calórico —es decir, cuando ingerimos menos calorías de las que nuestro cuerpo gasta—, se activa una serie de mecanismos de adaptación. El cuerpo, en su intento por ahorrar energía, tiende a reducir de forma inconsciente su nivel de actividad. Disminuimos incluso los movimientos más sutiles del día a día, lo que reduce silenciosamente el NEAT sin que apenas lo notemos.
Aquí es donde cobra especial importancia: mantener un NEAT elevado puede marcar la diferencia entre un déficit efectivo y uno que se frena antes de tiempo. Muchas veces, quienes están haciendo dieta y entrenamiento notan que sus resultados se estancan a pesar de "hacerlo todo bien". Y justo ahí suele estar la clave: se ha reducido sin querer esa parte del movimiento cotidiano Por eso, aprender a mantenernos activos a lo largo del día —incluso sin entrenar más— se convierte en una de las formas más sostenibles y realistas de promover la pérdida de grasa y proteger nuestro metabolismo.
Ventajas de aumentar tu NEAT
Uno de los grandes beneficios de aumentar el NEAT es que no genera el mismo tipo de fatiga física o mental que puede provocar un entrenamiento intenso. No necesitas reservar una hora extra en tu agenda ni acudir a un gimnasio; simplemente se trata de mantenerte en movimiento durante tu rutina diaria. Esa acumulación de pequeños esfuerzos tiene un impacto real en el metabolismo, y lo mejor es que no se siente como una carga extra.
Además, el NEAT ayuda a romper estancamientos cuando estás en un plan de pérdida de peso, sobre todo si ya estás entrenando con regularidad y cuidando tu alimentación. Al sumar más movimiento cotidiano, tu cuerpo sigue quemando energía sin tener que aumentar la intensidad del ejercicio ni reducir aún más las calorías ingeridas. Es una forma inteligente de apoyar un déficit calórico sin llevar al límite tu capacidad de recuperación, ni tu motivación.
Un ejemplo sencillo con base científica
Si hay una herramienta sencilla, gratuita y accesible para aumentar tu NEAT de forma efectiva, esa es andar. Y si además lo haces en ayunas, los beneficios pueden multiplicarse. Algo tan básico como salir a caminar al empezar el día puede tener un impacto profundo en tu metabolismo, tu sistema nervioso y tu salud hormonal.
Caminar al levantarte, sin haber ingerido alimentos, no solo contribuye al gasto calórico diario, sino que también activa el sistema nervioso simpático, favorece el retorno venoso (especialmente útil en mujeres con retención de líquidos), mejora la sensibilidad a la insulina y ayuda a modular los biorritmos. Para personas mayores, con sobrepeso, o que inician un cambio de hábitos, puede convertirse en una estrategia inicial clave para mejorar su composición corporal y recuperar energía sin agobiarse ni sentirse desbordadas, algo que a veces pasa cuando uno empieza a cambiar de hábitos.
Además, hacerlo al aire libre y por la mañana tiene un impacto positivo en la regulación del sueño y del estado de ánimo, gracias a la exposición solar temprana y la estimulación de neurotransmisores como la dopamina. Así que, si lo piensas, andar en ayunas acaba siendo mucho más útil de lo que parece: es una forma inteligente de sumar salud desde lo cotidiano, integrando movimiento natural en tu día a día y activando ese NEAT tan olvidado.
Estrategias prácticas para aumentar tu NEAT
Incorporar más NEAT a tu vida no requiere grandes cambios ni una planificación exhaustiva. De hecho, muchas de las mejores estrategias consisten en hacer pequeños ajustes conscientes a lo largo del día. Por ejemplo, elegir siempre las escaleras en lugar del ascensor, aparcar el coche un poco más lejos o aprovechar cualquier momento libre para dar un paseo breve pueden parecer detalles menores, pero suman más de lo que imaginamos.
También puedes activar tu NEAT en casa o en el trabajo: levantarte cada hora para estirarte o caminar unos minutos, mover las piernas mientras trabajas sentado, ordenar una habitación, hacer las tareas domésticas con más ritmo o incluso hablar por teléfono mientras caminas. A veces subestimamos el poder de movernos más durante el día simplemente porque no lo sentimos como “entrenamiento”, pero es precisamente ahí donde reside su valor.
Te dejo aquí algunas ideas fáciles que puedes ir sumando en tu día a día:
En el trabajo:
- Usa escaleras en lugar del ascensor
- Camina al hablar por teléfono
- Haz pausas activas cada hora
- Coloca el cubo de basura lejos de tu escritorio
En casa:
- Haz tareas domésticas de manera recurrente
- Aparca más lejos al terminar tu jornada
- Da paseos cortos después de las comidas
- Baila, juega, estírate
Hábitos diarios:
- Establece un “mínimo de pasos diarios” realista
- Usa un podómetro o reloj inteligente para monitorizar tu actividad, puede servir para llevar un control sin la disciplina de un entrenamiento más complejo
- Ponte recordatorios para no pasar más de 60 minutos sentado
En resumen
El NEAT es un recurso poco valorado, pero esencial cuando estás en déficit calórico. Mantenerte activo de forma constante no solo mejora tu gasto energético, sino que protege tu metabolismo, reduce la ansiedad por la comida y evita que tengas que recurrir a estrategias más agresivas para perder grasa. Si ya estás haciendo ejercicio y cuidando tu alimentación, tu siguiente paso debería ser moverte más en el día a día. Y lo mejor es que puedes empezar hoy mismo.
Para aprender más estrategias que puedas implementar en tu vida y ganar en salud, no lo dudes y ponte en contacto con nosotros.