Consejos para Dejar las Pastillas Anticonceptivas

Si estás tomando pastillas anticonceptivas y tienes temor de abandornarlas en esta publicación vamos a proporcionaros una serie de consejos para poder dejar las pastillas anticonceptivas y hacerlo de una forma segura.

Publicado por María Casado, doctora en Keval+.

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¿Sabías que todas las reacciones que suceden en nuestro cuerpo a lo largo del día están reguladas por nuestras hormonas? 

Las hormonas son unos mensajeros químicos que circulan por nuestro torrente sanguíneo y, cual director de orquesta, van indicando a las diferentes células y a los diferentes órganos del cuerpo cómo deben actuar, en función de las diferentes circunstancias que nos pueden ocurrir a lo largo del día. Son las responsables de equilibrar nuestras emociones, nuestra temperatura, nuestro ciclo de sueño/vigilia, nuestros niveles de energía, nuestras defensas, la forma que tenemos de enfrentarnos a situaciones de estrés, regular nuestros niveles de azúcar y por supuesto, nuestro ciclo menstrual. 

Por tanto, si sufrimos un desequilibrio a nivel de nuestras hormonas, el organismo se altera y no funciona correctamente. 

Las alteraciones del ciclo menstrual son un ejemplo de ello. La menstruación es un reflejo de nuestra salud a nivel general y al igual que la respiración, la presión arterial o la temperatura, también está considerada un signo vital. 

Pero hoy en día vivimos en una realidad que nos provoca un empeoramiento de nuestra salud hormonal: estamos continuamente expuestas a la contaminación ambiental, a radiaciones electromagnéticas, experimentamos unos altos niveles de estrés, nos alimentamos mal, llevamos una vida sedentaria y estamos constantemente alterando nuestros ritmos circadianos, y no somos conscientes de las repercusiones tan negativas que produce nuestro estilo de vida, en el desarrollo de los múltiples procesos fisiológicos que se llevan a cabo cada día en el organismo y de las repercusiones a nivel de nuestra salud hormonal y general. 

Y parece que las pastillas anticonceptivas sean la solución a todos los “problemas” de nuestro ciclo menstrual. Cuántas de vosotras estáis tomando la píldora, no por el hecho de evitar un embarazo, sino para lidiar con un marcado y doloroso síndrome premenstrual o por padecer irregularidades en vuestros ciclos, incluso amenorrea, o porque teníais un importante brote de acné.

Pero, si como os he comentado, el ciclo menstrual es un proceso fisiológico de nuestro cuerpo, ¿por qué queremos suprimirlo? Está claro que todas las alteraciones que os he mencionado mejorarán o desaparecerán con la toma de la píldora, pero realmente, lo que estamos haciendo es poner un parche que, en cuanto lo retiremos, toda la sintomatología reaparecerá, por tanto, ¿no sería más conveniente investigar en la verdadera causa que está provocando estos síntomas y esos desequilibrios hormonales y abordarla de raíz?

Vemos muchos casos a diario en consulta, de mujeres con desequilibrios a nivel de las hormonas tiroideas, de las hormonas relacionadas con el estrés, de los niveles de insulina, de hormonas sexuales, con problemas digestivos, inmunitarios… con alteraciones en sus ciclos menstruales, con problemas de fertilidad, con alteraciones emocionales y con signos clínicos como hirsutismo (aparición de vello en mandíbula, cuello, brazos) o problemas de acné, que mejoran e incluso revierten cuando abordamos la causa que está provocando el desequilibrio hormonal de base, sin tener que recurrir a la pauta de las pastillas anticonceptivas. 

Por eso, si estás tomando pastillas anticonceptivas por una de estas razones y tienes temor de abandonarlos por un posible efecto rebote, por miedo a que reaparezcan los temidos granitos, se te vuelva a caer el cabello, vuelvas a quedarte sin regla o vuelvas a tener un incómodo y doloroso síndrome premenstrual, en esta publicación vamos a proporcionaros una serie de consejos para poder dejar las pastillas anticonceptivas y hacerlo de una forma segura.

Trabajando a favor de un buen funcionamiento de tus ovarios y explicando qué herramientas podéis utilizar, siempre guiadas por un profesional, para poder regular vuestro ciclo, regulando vuestra salud hormonal general y abordando la causa desencadenante de vuestros desequilibrios para evitar así, que los síntomas o signos que sufríais previamente al inicio de los anticonceptivos, no vuelvan a aparecer, porque estaremos incidiendo en su desencadenante y no simplemente “tapando” la clínica.

¿Por qué dejar las pastillas anticonceptivas?

Si estás tomando la PÍLDORA COMO MÉTODO ANTICONCEPTIVO debes saber que:

  • Un verdadero ciclo menstrual es el resultado de una serie de procesos hormonales entre los que se incluyen la ovulación y la producción de progesterona y significa que tus ovarios están sanos y funcionan de forma correcta.
  • El sangrado que provoca la píldora NO procede de la ovulación. Consiste en una hemorragia por deprivación, originada por los fármacos suministrados, que estimulan el revestimiento del útero, pero INHIBEN LOS OVARIOS Y DESACTIVAN TUS HORMONAS.
  • Por tanto, párate a pensar: ¿por qué desactivar todo el eje hormonal femenino solamente para prevenir un embarazo, con la cantidad de métodos anticonceptivos que existen actualmente? Es como si estuviéramos tratando la fertilidad como una enfermedad y nos alejamos de verla como una expresión de salud. 
  • Si estás tomando la PÍLDORA PARA “REGULAR” TU CICLO MENSTRUAL o para controlar signos y/o síntomas como caída de cabello, acné, síndrome premenstrual doloroso…debes saber que:
  • Las hormonas que se suministran mediante las pastillas anticonceptivas, NO son iguales a nuestras propias hormonas y por tanto, no tienen los beneficios que supone mantener nuestro propio ciclo menstrual de forma fisiológica.
  • Nuestras hormonas ováricas, los estrógenos y la progesterona, no solo intervienen en nuestras funciones sexuales y reproductivas, sino que nos aportan múltiples beneficios a nivel de otros sistemas de nuestro cuerpo.
  • Los ESTRÓGENOS tienen un efecto positivo en nuestro metabolismo, mejorando la sensibilidad a la insulina y a la leptina (hormona reguladora del apetito), favorecen un buen uso de los substratos energéticos (grasas e hidratos de carbono), estimulan la producción de endorfinas (hormonas de la felicidad y del placer), disminuyen las hormonas del estrés, estimulan la producción de sustancias antiinflamatorias, protegen nuestro sistema cardiovascular y nuestro sistema óseo, nos ayudan a mantener una piel sana, firme e hidratada gracias al efecto que tienen sobre la producción de colágeno.
  • La PROGESTERONA es una hormona antiinflamatoria, tiene un efecto calmante y relajante a nivel del sistema nervioso, ayuda a controlar la ansiedad y a tolerar el estrés; es como un ansiolítico natural. 
  • Como podrás entender, las hormonas administradas con las pastillas anticonceptivas, al no ser las mismas que nuestras propias hormonas, nos van a privar de todos estos magníficos beneficios para nuestra salud general. Además, como fármacos que son, tienen una serie de EFECTOS SECUNDARIOS:
  • Los anticonceptivos hormonales aumentan ligeramente el riesgo de cáncer de mama, aunque, por otro lado, reducen el riesgo de cáncer de ovario, de útero y colorrectal.
  • Aumentan el riesgo de eventos cardiovasculares como coágulos sanguíneos, trombosis venosa profunda y accidentes cerebro y cardiovasculares, sobre todo en personas fumadoras y obesas.
  • Afectan al estado de ánimo, contribuyendo al posible desarrollo de un proceso depresivo y volviendo nuestro sistema nervioso más sensible al estrés
  • Tienen efectos negativos a nivel de nuestra líbido y de nuestra vitalidad.
  • Algunas fórmulas de progestinas tienen un alto índice androgénico, por lo que contribuyen a la pérdida de cabello y al desarrollo de acné. 
  • Afectan a nuestra composición corporal, pues interfieren en nuestros niveles de insulina, algunas impiden el aumento de masa muscular y pueden favorecer los depósitos de grasa a nivel de muslos y caderas y empeorar la celulitis. 
  • Por último, los anticonceptivos hormonales provocan un déficit de algunos nutrientes, una reducción de nuestra función tiroidea, pueden elevar nuestra presión arterial y alterar nuestra flora tanto intestinal como vaginal, favoreciendo el desarrollo de infecciones. 

Con todo esto, no quiero generaros miedo si decidís tomar la píldora o si ya la estáis tomando, pues hay ocasiones en las que sí que puede ser necesaria su prescripción y si lo hacéis bajo supervisión y con los controles y seguimientos oportunos, podéis estar tranquilas. 

Mi intención es haceros conscientes de que la píldora NO es la única solución a todos los problemas relacionados con las alteraciones de nuestro ciclo menstrual, que el estado que nos proporciona NO es un estado fisiológico, realmente el sangrado que tenéis con la píldora NO es una menstruación y las “regulaciones” que se consiguen con ella suelen ser temporales y en el momento que se suspenda, la sintomatología reaparecerá. 

Por eso quiero que entendáis, que en muchas ocasiones las irregularidades en vuestros ciclos o los angustiosos síntomas que presentáis en relación a ellos, tienen un origen tangible y abordable, como pueden ser alteraciones a nivel digestivo, a nivel metabólico, a nivel inmunológico, alteraciones tiroideas, diferentes situaciones de estrés mantenido (físico, emocional)…y quiero recomendaros algunas pautas, que por supuesto, os aconsejo que si decidís llevarlas a cabo lo hagáis de la mano de un profesional, para poder mejorar todos vuestros síntomas o alteraciones y también para evitar el efecto rebote de la supresión de los anticonceptivos.

Consejos para dejar las pastillas anticonceptivas

Obviamente no existe una lista de recomendaciones generales para poder proporcionaros a aquellas que os estéis planteando dejar las pastillas anticonceptivas, pero tenéis miedo de volver a recaer en los síntomas o en las irregularidades por la cuáles habíais comenzado a tomarlas. 

Y es que, como os he comentado anteriormente, existen múltiples causas que han podido alterar vuestros ciclos y por tanto, lo primero va a ser realizar una buena entrevista clínica y un buen diagnóstico individualizando, indagando cuál ha podido ser el desencadenante en cada caso particular

Pero sí os puedo recomendar algunas pautas, sobre todo a nivel nutricional y de suplementación para equilibrar vuestro sistema hormonal y para mejorar la fluidez y el buen funcionamiento de vuestros procesos fisiológicos.

1. ¡Toma el sol! No me refiero al típico vuelta y vuelta en la playa para ponernos morenitas! Me refiero a que salgas a la calle y te expongas a diario a los rayos de sol para garantizar una buena síntesis de vitamina D.

2. ¿Sabías que nuestro tejido reproductor femenino tiene receptores de vitamina D y por tanto, esta hormona está involucrada en nuestra salud hormonal y reproductiva?

3. Un déficit de vitamina D se relaciona con otros desequilibrios hormonales que pueden ser los causantes de tus síntomas o de tus irregularidades menstruales, como son la resistencia a la insulina, enfermedades inflamatorias, el síndrome de ovario poliquístico, la endometriosis, el hiperandrogenismo (exceso de hormonas masculinas).

4. Hay estudios que muestran que bajos niveles de vitamina D se relacionan con una baja reserva ovárica, por tanto, si estás pensando en dejar la píldora y quedarte embarazada, es un factor a tener en cuenta.

Nutrientes esenciales para el buen funcionamiento del ciclo:

VITAMINA B6:

  • Los anticonceptivos orales son el origen más habitual de bajos niveles de progesterona por la reducción de la vitamina B6 que producen.
  • Es una vitamina fundamental para el desarrollo del cuerpo lúteo.
  • Ayuda a reducir los síntomas del síndrome premenstrual y contribuye en la fabricación de serotonina, por lo que va a beneficiarnos en los cambios de humor e irritabilidad.
  • Podemos encontrarla en alimentos como huevos, frutos secos, semillas, plátanos, legumbres y cereales integrales o suplementarnos con 50-100 mg/ día de esta vitamina.

MAGNESIO:

  • Fundamental para el correcto funcionamiento de la progesterona.
  • Su déficit se relaciona con las migrañas y con los dolores del síndrome premenstrual.
  • Mejora nuestra sensibilidad a la insulina, nuestras hormonas tiroideas y tiene poder antiinflamatorio.
  • Está presente en alimentos como frutos secos, semillas, verduras de hoja verde, cacao, pero al ser un tranquilizante y calmante por naturaleza, el continuo estrés del mundo moderno, hace que se agoten más fácilmente sus niveles y necesitemos suplementarnos con unos 300 mg al día (en forma de citrato o bisglicinato).

ZINC:

  • Este mineral juega un papel importante en las irregularidades menstruales, en el síndrome premenstrual y en la aparición del vello facial.
  • Es antiinflamatorio y nos ayuda a lidiar con el estrés.
  • Contribuye al buen funcionamiento de nuestras hormonas tiroideas y es un bloqueador de andrógenos.
  • Lo puedes encontrar en alimentos de origen animal como carnes blancas y  rojas (son la mejor fuente de zinc), en frutos secos, semillas de calabaza, legumbres, setas, avena y yema de huevo o puedes suplementarte con 30 mg al día de citrato o picolinato de zinc.

OMEGA 3:

  • Para conseguir una correcta ovulación, unos buenos niveles de progesterona, reducir el riesgo de amenorrea, incluso de infertilidad y en general para un correcto equilibrio hormonal, es crucial asegurar un aporte de grasas, en concreto de ácidos grasos esenciales y con propiedades antiinflamatorias. El aporte de ácidos grasos omega 3 es beneficioso para el alivio del síndrome premenstrual con sensibilidad mamaria y también para los síntomas de ansiedad, depresión y migrañas relacionadas con este síndrome.
  • La mejor fuente de obtención es mediante el consumo de unas 4 veces a la semana de pescado azul de pequeño-mediano tamaño como salmón, sardinas, anchoas, caballa, atún, melva o trucha.

¿Conoces el SEED CYCLING o CICLO DE LAS SEMILLAS?

Consiste en un método basado en introducir cuatro tipos de semillas (lino, calabaza, sésamo y girasol) en diferentes etapas del ciclo menstrual para apoyar a nuestro equilibrio hormonal, con la finalidad de paliar los síntomas relacionados con el dolor premenstrual, las irregularidades del ciclo, el insomnio, los cambios de humor, el acné, etc.

  • Durante los día 1- 14 del ciclo (fase menstrual y folicular) el cuerpo produce y metaboliza más estrógenos.

Las semillas de LINO son altas en lignanos, los cuales son capaces de bloquear el exceso de estrógenos, proporcionando un alivio en los síntomas de sensibilidad mamaria y proporcionando un alivio de los síntomas relacionados con niveles altos de andrógenos como por ejemplo los del síndrome de ovario poliquístico.

Las semillas de CALABAZA son una fuente de magnesio y zinc, capaces de reducir síntomas inflamatorios como migrañas o dolores articulares y promueven un sueño reparador.

  • Durante los días 15-28 (fase ovulatoria y lútea) nuestro cuerpo produce y metaboliza más progesterona.

Las semillas de SÉSAMO Y GIRASOL son más ricas en calcio, mineral imprescindible en esta fase, ya que debido a la caída de estrógenos, nuestra capacidad de absorber este mineral se ve afectada.

Las semillas de SÉSAMO son ricas en magnesio, zinc y vitamina B1, asociados con la mejoría del síndrome premenstrual.

Las semillas de GIRASOL, además de magnesio, zinc y vitamina B1, son una importante fuente de vitamina B6 y vitamina E, beneficiosos en las migrañas del síndrome premenstrual.

Recomendaciones generales para prevenir las principales consecuencias de abandonar las pastillas anticonceptivas.

Reduce tus niveles de estrés:

Un estrés mantenido en el tiempo, ya sea físico (como por ejemplo un sobreentrenamiento) o emocional (alta carga laboral, lidiar con los problemas domésticos, la autoexigencia…) provoca una elevación mantenida en nuestros niveles de cortisol, hormona que, por un lado nos provoca una resistencia a la insulina, que puede llegar a desencadenar un síndrome de ovario poliquístico y que éste sea el causante de todos los problemas relacionados con nuestro ciclo menstrual y por otro lado, interfiere en la comunicación de nuestro eje hipotálamo-hipófisis-adrenal y gonadal, afectando a la producción de nuestras hormonas sexuales y por lo tanto alterando nuestro ciclo.

Una manera de lidiar con el estrés es dedicándote tiempo a ti misma y a hacer lo que te gusta y te hace desconectar, como yoga, meditación, quedar con tus amigas, practicar alguna actividad que te motive ( ya sea baile, natación, senderismo, incluso ir de shopping o darte un masaje relajante en un buen spa!).

Algunos suplementos que pueden ayudarte a llevar mejor esa situación de estrés continuo son el magnesio, el zinc, las vitaminas del grupo B, la rhodiola o la ashwagandha.

Procura descansar y alcanzar un sueño reparador:

Dormir una media de 7-8 horas al día ayuda a estabilizar nuestro eje hormonal, a bajar el cortisol, a mejorar la sensibilidad a la insulina y a liberar hormonas sexuales como la hormona luteinizante (fundamental para alcanzar la ovulación), los estrógenos y la progesterona.

Los suplementos que pueden ayudarte a conciliar y mantener un sueño reparador son el magnesio y la melatonina.

¿Quieres mejorar tu descanso y sueño? Te dejo este artículo donde te contamos 7 herramientas para mejorarlo.

Realiza ejercicio físico:

El ejercicio físico posee múltiples beneficios para nuestra salud hormonal: modula la respuesta al estrés, mejora la sensibilidad a la insulina (importante en pacientes con síndrome de ovario poliquístico), garantiza una correcta circulación a nuestros órganos reproductores, reduce la inflamación crónica (tan relacionada con múltiples patologías sistémicas que pueden ser la base de todos nuestros desequilibrios hormonales).

Lo ideal sería combinar ejercicios de tipo aeróbico con ejercicios encaminados a la hipertrofia, pero sobre todo, realiza un ejercicio que te guste, que te motive, que te divierta y que no te suponga un sobreesfuerzo, pues existe la denominada TRÍADA DE LA ATLETA, caracterizada por una marcada pérdida de peso con un nivel alto de autoexigencia que conlleva a un sobreentrenamiento y a una situación de estrés tanto físico como emocional y relacionada con una probable alimentación desequilibrada, que es una de las causas de alteración del ciclo menstrual con amenorrea.

Mantén un estilo de vida antiinflamatorio:

Evita el tabaco, el alcohol,  el sedentarismo, el azúcar y aceites refinados (girasol, soja, maíz), los lácteos de vaca (opta por alimentos fermentados como el yogur o el kéfir de cabra), el trigo (puede ser el causante de una permeabilidad intestinal que desencadene otros procesos inmunológicos como alteraciones de tus hormonas tiroides o alteraciones en tu microbiota, que se manifiesten en forma de alteraciones cutáneas) y por supuesto asegúrate de mantener una buena hidratación y de consumir diariamente alimentos ricos en antioxidantes y ácidos grasos omega 3.

Conclusión

Espero que con esta publicación hayas comprendido que las pastillas anticonceptivas son una herramienta más, pero no la única, para abordar algunos de los trastornos de nuestro ciclo menstrual, pero que realmente, no permiten llevar a cabo el proceso de ovulación y por tanto, el sangrado que provocan NO es una menstruación y este hecho puede provocar algunas consecuencias a largo plazo tras su suspensión, como amenorrea, dificultad para quedarte embarazada, volver a presentar síntomas de dolor premenstrual, brotes de acné…

Todos estos síntomas pueden ser abordados de otra forma, haciendo hincapié en averiguar la verdadera causa que los provoca y sobre todo, quiero que os quedéis tranquilas, porque si estáis planteándoos abandonar la píldora, existen numerosas estrategias para evitar la aparición de el temido efecto rebote, pero SIEMPRE debéis hacerlo bajo la supervisión y acompañamiento durante el proceso, de un profesional.

Bibliografía

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  • Cómo mejorar tu ciclo menstrual. Tratamiento natural para mejorar las hormonas y la menstruación. Lara Briden. Greenpeak Publishing. Feb 2019.
  • Alimentación y salud femenina. Cuida tus hormonas comiendo rico. Marta león. Lunwerg. 2020.
  • La conexión hormonal. Descubrimientos revolucionarios que vinculan a las hormonas con los problemas de salud de la mujer. Gale Maleskey; Mary Kittel. Rodales. 2001. 

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