La nutrición médica es aquella nutrición terapéutica que tiene como objetivo la fusión de los beneficios que nos aporta el conocimiento y uso de la nutrición y la fisiología de forma sinérgica con la medicina (tradicional y holística). Un abordaje integral de toda patología, requiere para su tratamiento y/o cura de un planteamiento nutricional que refuerce la salud, equilibrio y flexibilidad de todos los sistemas. En pacientes con enfermedades cardiovasculares, endocrinas, metabólicas, inmunes e inflamatorias, etc., es crucial utilizar herramientas nutricionales, bajo la supervisión de un profesional, que acompañen los tratamientos médicos/farmacológicos, para así reforzar e incluso hacer remitir el uso de los fármacos, buscando la sanación y el bienestar.
Cualquier patología debería ser abordada mediante un tratamiento mediconutricional, debido a que gracias a la correcta nutrición, re-establecimiento de los biorritmos, actividad, etc., se consigue fortalecer y recuperar la salud mermada muchas veces por el estilo de vida. Cualquier herramienta médica y farmacológica va a ser mucho más eficaz, resolutiva y bien gestionada si está acompañada de todo lo mencionado anteriomente, pudiendo disminuirse así dosis y duración del tratamiento médico.
Una de las principales causas de la mala nutrición es en lo que se ha convertido la industria alimentaria: alimentos "fastfood", ultraprocesados, bollería y pastelería, alimentos palatables por su alto contenido en azúcares simples y grasas trans-saturadas... Una serie de alimentos que vienen de la mano al ritmo de vida tan frenético que llevamos y estresado, con poco tiempo para prestar atención a cosas tan importantes como es la cocina y la selección de alimentos. La sociedad está sobre-alimentada, ya que tiene a su disposición gran cantidad alimentos, y muchos de ellos poco saludables. Por otro lado, también existe una falta de educación nutricional de la población, necesaria para que todo el mundo supiera los mínimos necesarios para poder tener un criterio sólido a la hora de escoger productos o prepararse comidas. Además, esto viene acompañado por un sedentarismo instaurado, que agrava mucho más el cuadro (poca actividad deportiva, trabajos de largas horas de oficina, transporte público, ascensores, tecnología que nos induce a no movernos, etc.).
A corto plazo, una incorrecta alimentación puede afectar a los niveles de energía de la persona, al rendimiento deportivo, al descanso, a las digestiones... Sin embargo, sostenida en el tiempo impacta muy negativamente en todos los sistemas del organismos, ya que si estos nos están bien nutridos, se debilitan y pierden funcionalidad. Enfermedades como la hipertensión, cardiovasculares, trombos, dislipemias, diabetes de tipo 2, obesidad y sobrepeso, síndrome metabólico, inflamación crónica de bajo grado, enfermedades intestinales (intolerancias, permeabilidad intestinal, celiaquía, SIBO,...), hormonales (SOP, alteraciones del ciclo menstrual,...), inmunes (enfermedades autoinmunes e inmunosupresión), neurológicas y neurodegenerativas.. Una incorrecta nutrición predispone a enfermar y disminuir la calidad y esperanza de vida.
Un tratamiento mediconutricional debe ajustarse a la persona, su contexto y al tipo de patología u objetivo que tenga. A rasgos generales, este tratamiento deberá ser realizado por un equipo de médicos y nutricionistas profesionales en el cual se combinen agentes farmacológicos convencionales junto a unas pautas nutricionales, suplementación, deportivas y de sueño que mejoren la salud de la persona de forma integral.