La fertilidad es la capacidad de los seres para poder reproducirse y generar descendencia, la cual está sometida al estado fisiológico endógeno del organismo (edad, sano/patológico, funcionamiento hormonal, nervioso, inmune...) así como a factores externos (carga emocional y laboral, el estrés, la cultura, el ritmo de vida...). Ambos factores endógenos y exógenos determinan la fertilidad/infertilidad de la mujer.
Principalmente, la baja fertilidad se diagnostica por la incapacidad de la mujer de quedarse embarazada cuando lleva tiempo intentándolo. Además, las amenorreas, las menstruaciones irregulares, las alteraciones en el ciclo menstrual tales como ciclos demasiado cortos (<20-21 días) o demasiado largos (> 35 días) pueden sugerir que hay una baja fertilidad asociada a problemas en la ovulación correcta.
Las causas principales pueden ser 1) orgánicas (malformaciones en la forma del útero, trompas de Falopio bloqueadas, fibromas uterinos, ...); 2) amenorreas hipotalámicas/hipofisiarias (muy vinculadas al exceso de estrés físico, nutricional y mental y niveles altos de prolactina) o por problemas en el ovario (mujeres con SOP, falta de ovulación, óvulos de mala calidad, exceso de andrógenos producidos por los ovarios...); 3) hipotiroidismo sublínico (niveles de TSH superiores a 2,5 en el primer trimestre pueden inducir a abortos espontáneos o incapacidad de embarazo); 4) patologías y estilo de vida (SOP, endometriosis, síndrome metabólico/sobrepeso, mala alimentación, edad, drogas/alcohol, genéticas...).
Para diagnosticar la baja infertilidad se deben de tener muchos parámetros en cuenta y hacer un abordaje integral e individual de la mujer. De forma tradicional, se realiza un historial de como son sus ciclos menstruales, embarazos anteriores y abortos, dolores en la pelvis.. Además, a nivel ginecológico se realizan pruebas de imagen para saber como está el estado de su sistema reproductivo. Finalmente, se requiere de un estudio hormonal para saber como están las hormonas ligadas con la fertilidad (LH, FSH, progesterona, antimulleriana...) así como otros parámetros bioquímicos. Además, también es importante saber como está la mujer emocionalmente y su gestión del estrés, su nutrición, si usa drogas/tabaco o bebe alcohol, si tiene obesidad/sobrepeso o demasiado poco, si tiene alteraciones metabólicas o patologías como el SOP, hipotiroidismo subclínico...
Para mejorar la fertilidad de forma natural, complementaria al tratamiento farmacológico y hormonal en el caso de que sea necesario, es crucial hacer un abordaje 100% individualizado. Mejorar la composición corporal y tener un peso correcto, con una buena sensibilidad a la insulina y una función tiroidea. Además, es necesaria una alimentación equilibrada, rica en grasas saludables, hidratos de carbono de bajo/medio índice glucémico y proteínas. También se pueden usar suplementos para mejorar todo lo anterior, como son la vitaminas D y del complejo B; y minerales como el zinc y el selenio.